¿Qué es el Eneagrama?

El Eneagrama es una herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal basada en un sistema de nueve tipos de personalidad. Su nombre proviene de la palabra griega “enea,” que significa "nueve," y “grama,” que se refiere a "letra" o "escrito". Este sistema utiliza un diagrama en forma de círculo, con nueve puntos conectados entre sí, cada uno representando un tipo de personalidad distinto, con patrones de comportamiento y motivaciones propias. Aunque el Eneagrama es una herramienta antigua, su popularidad ha crecido en los últimos años gracias a su capacidad para ofrecer comprensión profunda sobre el comportamiento humano.



Origen del Eneagrama

El origen exacto del Eneagrama no es completamente claro, ya que incorpora elementos de distintas tradiciones y filosofías antiguas, como las enseñanzas de místicos y pensadores de culturas como la griega, la sufí y la cristiana. La versión moderna del Eneagrama comenzó a tomar forma en el siglo XX a través de la obra de pensadores como George Gurdjieff, quien usó el símbolo del enneagrama como una herramienta de desarrollo espiritual. Posteriormente, otros estudiosos, como Óscar Ichazo y Claudio Naranjo, profundizaron en los aspectos psicológicos de cada tipo, organizando el sistema en los nueve tipos de personalidad conocidos hoy en día.



¿Para qué sirve el Eneagrama?


El Eneagrama es utilizado en diversas áreas del crecimiento personal, profesional y espiritual. Sus aplicaciones principales incluyen:


Autoconocimiento y desarrollo personal: Ayuda a las personas a reconocer patrones de comportamiento y motivaciones profundas, lo que permite mejorar su relación consigo mismas y los demás.


Mejora en las relaciones interpersonales: Al conocer los tipos de personalidad, es posible entender mejor las necesidades, expectativas y reacciones de otros, lo cual facilita una comunicación más empática y efectiva.


Gestión emocional: El Eneagrama identifica cómo cada tipo de personalidad tiende a reaccionar ante el estrés, los conflictos y las situaciones desafiantes, ofreciendo herramientas para gestionar mejor las emociones.


Entornos laborales: En el ámbito empresarial, el Eneagrama se emplea para mejorar la dinámica de equipos, la selección de personal y la asignación de roles que maximicen el potencial individual y colectivo.


Crecimiento espiritual: Para quienes buscan un camino de introspección y desarrollo espiritual, el Eneagrama ofrece una vía para comprender los aspectos más profundos de la motivación humana y trabajar en el crecimiento interior.



Los nueve tipos de personalidad


Cada tipo de personalidad en el Eneagrama tiene su propia visión del mundo, su modo de pensar y reaccionar.

A continuación, se describe brevemente cada uno:


Eneatipo 1

Cierto día, el mulá Nasrudín conversaba con un amigo.

–Entonces, ¿nunca pensaste en casarte?

–Sí lo pensé –respondió Nasrudín–. En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco y conocí a una mujer muy espiritual y linda, pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo. Continué viajando, y fui a Isfahán; allí encontré a una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita. Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa y conocedora de la realidad material.

–Y ¿por qué no te casaste con ella?

–¡Ah, compañero mío! Lamentablemente, ella también quería un hombre perfecto.*

 

El Eneatipo 1, conocido por algunos autores como "El Perfeccionista", se caracteriza por su fuerte sentido del deber, la ética y el deseo de mejorar constantemente. Son personas responsables, disciplinadas y orientadas a la justicia, con un alto nivel de autocrítica. Buscan la perfección en sí mismos y en su entorno, lo que a veces puede llevarles a ser exigentes y estrictos. Su motivación principal es hacer lo correcto y evitar el error, lo que les impulsa a mantener altos estándares y a actuar con integridad en todo momento.

En el cuento, Nasrudín recorre el mundo buscando a la mujer perfecta, pero nunca la encuentra porque siempre hay algo que no cumple sus altos estándares. Finalmente, incluso cuando encuentra a alguien que encarna su ideal, no puede casarse con ella porque ella también exige perfección. Este relato refleja cómo los Eneatipo 1 tienden a perseguir ideales inalcanzables, lo que les lleva a la insatisfacción constante. La lección aquí es que solo al aceptar la imperfección, pueden encontrar paz y realización.

 

 

Eneatipo 2

Nasrudín paseaba cerca de un pozo cuando se sintió impulsado a mirar dentro. Era de noche y, al escudriñar la profundidad del agua, vio allí el reflejo de la luna.

«¡Debo salvar la luna! –pensó–. De otro modo, nunca menguará y el mes de ayuno del Ramadán no terminará nunca».

Halló una cuerda y arrojó un cabo dentro del pozo al tiempo que exclamaba:

–¡Mantente firme, no te descorazones, aquí estoy yo para socorrerte!

La cuerda quedó enlazada en una roca dentro del pozo y Nasrudín tiraba con todas sus energías. Estaba haciendo fuerza hacia atrás cuando, de pronto, la cuerda se zafó y el mulá cayó de espaldas al suelo. Mientras se hallaba tendido jadeante, observó la luna surcar el cielo.

Me alegra haberte sido útil dijo Nasrudín–. Fue una suerte que yo justamente
pasara por aquí, ¿no es cierto?*

 

El Eneatipo 2, también conocido como "El Ayudador" o "El Altruista," se caracteriza por un fuerte deseo de ser necesario y útil para los demás, encontrando su valor en sentirse indispensable. Las personas con esta personalidad tienden a volcarse en ayudar a otros, incluso cuando no se lo piden, con la esperanza de ser apreciadas y amadas a cambio.

En el cuento, Nasrudín ve el reflejo de la luna en el pozo y, sin dudar, se lanza a "rescatarla" creyendo que solo él puede salvarla. Aunque la luna no necesita ser rescatada, Nasrudín actúa como si fuera esencial para resolver la situación. Cuando finalmente la cuerda se suelta y él cae al suelo, en lugar de reconocer que su esfuerzo era innecesario, se felicita por haber “ayudado” a la luna a seguir su camino en el cielo. Esta historia ilustra la trampa del Eneatipo 2: su impulso por ayudar, muchas veces no solicitado, puede ser más acerca de satisfacer su propio ego que de una necesidad real. Al igual que Nasrudín, los Eneatipo 2, a menudo, asumen que los demás los necesitan, y al hacerlo, buscan sentirse importantes. El cuento revela la lección para los Dos: reconocer que no siempre es su misión salvar a otros, y que a veces su deseo de ser útiles puede ser más un reflejo de sus propias inseguridades que una verdadera ayuda.

 

 

Eneatipo 3

 

Un día, el mulá Nasrudín fue al baño turco. Los empleados lo trataron muy mal y le dieron una toalla raída. Pero él no dijo nada y, al salir, les dio una moneda de oro. A la semana siguiente, volvió al mismo baño turco. Esta vez, los empleados le dieron un trato de primera, pero Nasrudín les dio una vil moneda de cobre.

–Señor –le preguntaron–, ¿por qué una propina tan pobre por un servicio tan bueno?

–Esta es la propina de la semana pasada –respondió, y aquella es la propina de hoy. Por tanto, ¡estamos en paz!*

 

El Eneatipo 3, conocido como "El Triunfador", está motivado por el deseo de ser exitoso, admirado y reconocido por sus logros. Su principal preocupación es la imagen que proyectan ante los demás y cómo son percibidos en función de su quehacer y sus éxitos.

En el cuento de Nasrudín, el mulá actúa de manera estratégica, calculando las propinas según el trato que recibió, lo que refleja el enfoque pragmático y orientado a resultados típico del Tres. Nasrudín ajusta sus acciones y recompensas de acuerdo con lo que percibe como "merecido", al igual que el Eneatipo 3 maneja sus relaciones y comportamientos en función de lo que le ayudará a alcanzar sus objetivos de éxito y reconocimiento. Al final, su comportamiento está guiado por la imagen y el impacto, en lugar de por una verdadera emoción o conexión genuina con las personas. Esto ilustra cómo el Tres puede manejar situaciones y relaciones de forma utilitaria, buscando siempre la reciprocidad o la validación en función de lo que hace, de su rendimiento o lo que espera recibir a cambio.

 

 

Eneatipo 4

 

El mulá Nasrudín se hallaba llorando desconsoladamente en una esquina.

–¿Qué te ocurre, mulá?

–Hoy estoy triste, vecino, mi esposa está enferma.

–Pero yo creía que era tu burro el que estaba enfermo.

Sí, en realidad es el burro, pero estoy tratado de acostumbrarme al impacto por etapas más llevaderas.*

 

El Eneatipo 4, nombrado por algunos autores como "El Individualista", está profundamente conectado con sus emociones y la búsqueda de su identidad única. Los Cuatro a menudo sienten que son diferentes o que algo les falta, lo que los lleva a una intensa introspección y, en ocasiones, a una melancolía profunda.

En el cuento de Nasrudín, el mulá refleja esta tendencia del Eneatipo 4 a experimentar y procesar las emociones de una manera compleja. Aunque su burro está enfermo, él se muestra desconsolado por una "tristeza más profunda", eligiendo centrarse en una preocupación mayor para darle más intensidad a su experiencia emocional. Al igual que el Cuatro, Nasrudín maneja sus emociones de manera subjetiva y preferiría vivir la situación en su totalidad, reconociendo la tristeza de una forma única, incluso si esta se basa en una circunstancia menos dramática. Este enfoque refleja la inclinación del Eneatipo 4 a transformar la realidad emocional en algo más significativo o personal, buscando siempre una conexión más profunda con su mundo interior.

 

 

Eneatipo 5

 

–He oído decir que tienes un vinagre que ha sido añejado durante cuarenta años –le dijo un vecino a Nasrudín–. ¿Me darías un poco?

–Por supuesto que no –contestó el mulá. No tendría cuarenta años de añejamiento
si lo hubiera ido regalando por ahí.*

 

El Eneatipo 5, conocido por algunos autores como "El Investigador", es un tipo de personalidad caracterizado por el deseo de acumular conocimiento, comprensión y recursos de manera independiente. Los Cinco valoran su privacidad y su autonomía, y suelen ser muy cautelosos con lo que comparten, ya que tienden a ver el conocimiento y los recursos como algo que debe ser protegido y conservado.

En el cuento de Nasrudín, el mulá refleja esta actitud del Eneatipo 5 al negarse a regalar su vinagre añejado, lo que simboliza su necesidad de conservar lo que ha adquirido con el tiempo y el esfuerzo. Al igual que el Cinco, Nasrudín aprecia lo que tiene porque sabe el valor de lo que ha tomado tiempo en desarrollar o acumular, y no está dispuesto a desprenderse de ello fácilmente. Esta actitud de preservar lo propio, ya sea conocimiento, recursos o experiencias, resalta la tendencia del Cinco a ser selectivo y protector con lo que considera valioso.

 

 

Eneatipo 6

 

En una bella y florida tarde de primavera, el mulá Nasrudín esparcía migajas de pan alrededor de su casa.

–¿Qué estás haciendo, mulá? –le preguntó su vecino.

–Ahuyentando a los tigres –dijo Nasrudín en voz baja.

–Pero ¡si por aquí no hay tigres! –objetó el vecino.

¿Ves cómo funciona?*

 

El Eneatipo 6, conocido como "El Leal", se caracteriza por la necesidad de seguridad, certidumbre y apoyo en su entorno. Las personas de este tipo suelen anticipar posibles amenazas o peligros, lo que los lleva a comportarse de manera precautoria o incluso a desarrollar estrategias defensivas, aunque esas amenazas no siempre sean reales.

En el cuento de Nasrudín, el mulá esparce migas de pan para ahuyentar tigres que no existen, lo que refleja la forma en que el Eneatipo 6 crea soluciones o medidas preventivas frente a miedos o inquietudes, incluso cuando esos miedos son imaginarios. Al igual que el Seis, Nasrudín actúa de manera proactiva para protegerse de algo que no está presente, demostrando la tendencia del Eneatipo 6 a anticipar y tratar de controlar lo incierto, buscando un sentido de seguridad, aunque sus acciones puedan parecer ilógicas o excesivas en relación con la situación.

 

 

Eneatipo 7

 

Nasrudín fue acusado de haber robado al erario público. Pero había dudas de quién sustrajo el dinero… si fue Nasrudín u otro reo. Nasrudín, siempre astuto, le planteó a su abogado:

–¿Por qué no le enviamos un regalo caro al juez para facilitar el proceso de descargo?

–Tú estás loco… ese juez es muy íntegro y te condenaría irremediablemente.

Al día siguiente, el juez, sin escuchar muchos argumentos y de manera tajante, condenó al otro reo. Al salir de la corte, el abogado de Nasrudín le dijo:

–¡Qué sorpresa! Habría jurado que este caso lo perderíamos y que tú, Nasrudín, serías condenado. Fue una suerte que le enviaras ese regalo caro… ¡Me imagino que así lo hiciste!

Nasrudín contestó:

Confieso que así lo hice. Pero no resistí la tentación de enviárselo a nombre del otro reo.*

 

El Eneatipo 7, conocido como "El Entusiasta", es un tipo de personalidad caracterizado por la búsqueda constante de nuevas experiencias, estímulos y la evitación del dolor o la incomodidad. Los Siete son optimistas, creativos y tienen una gran capacidad para encontrar soluciones ingeniosas ante los problemas.

En el cuento de Nasrudín, el mulá actúa de manera astuta y busca una forma rápida y estratégica de manipular la situación a su favor, lo que refleja la tendencia del Eneatipo 7 a ver las oportunidades y a evitar las consecuencias negativas, a menudo con una actitud despreocupada. El Siete, como Nasrudín, puede ser ingenioso y flexible al encontrar soluciones, pero también puede evitar la responsabilidad directa o las complicaciones emocionales al cambiar el enfoque de manera sorpresiva o inesperada. La forma en que Nasrudín manipula la situación para su propio beneficio, sin mostrarse preocupado por el proceso, refleja el deseo del Siete de eludir el dolor y buscar alternativas que lo mantengan en un estado de emoción positiva o de "escapatoria" ante lo difícil.

 

 

Eneatipo 8

 

En una reunión de teólogos, Nasrudín estaba sentado al final del salón, en el extremo más alejado del lugar de honor. Comenzó a relatar cuentos y pronto la gente se aglomeró a su alrededor, escuchando y riendo. Nadie hacía caso del anciano que estaba pronunciando un docto discurso. Cuando ya no podía oírse ni a sí mismo, el presidente de la asamblea rugió:

–¡Tenéis que guardar silencio! Nadie puede hablar, a menos que esté sentado donde se sienta el jefe.

No sé cómo lo verás tú respondió Nasrudín, pero allí donde yo esté sentado es donde se sienta el jefe.*

 

El Eneatipo 8, al cual algunos autores lo llaman "El Desafiador", es una personalidad fuerte, decidida y orientada hacia el control y la autonomía. Los Ocho buscan poder y justicia, a menudo asumiendo una postura desafiante frente a las autoridades y defendiendo a los más vulnerables.

En el cuento de Nasrudín, demuestra la actitud típica de un Ocho al desafiar abiertamente la autoridad del presidente de la asamblea. En lugar de seguir las normas establecidas, Nasrudín se reafirma en su propio sentido de poder, estableciendo que, para él, el lugar donde se encuentra es tan válido como cualquier otro. Este acto refleja la independencia, la asertividad y la resistencia al control externo que caracterizan al Eneatipo 8. Al igual que el Ocho, Nasrudín no se somete a las expectativas de los demás, sino que reivindica su propio espacio y autoridad, cuestionando el orden establecido de manera directa y audaz.

 

 

Eneatipo 9

 

El mulá Nasrudín fue nombrado juez. Durante el primer caso, el demandante expuso con tanta persuasión que le hizo exclamar:

–¡Creo que usted tiene razón! El secretario del tribunal le rogó que demorara su decisión, pues el acusado no había depuesto aún.

Nasrudín se sintió tan conmovido por la elocuencia del demandado que al terminar este su defensa, exclamó:

–¡Creo que usted tiene razón!

El secretario no podía aceptarlo.

–Señoría, ambos no pueden tener razón.

¡Creo que usted también tiene razón! dijo Nasrudín.*

 

El Eneatipo 9, llamado por algunos autores como "El pacificador", se caracteriza por su deseo de evitar conflictos y mantener la armonía, a menudo minimizando las diferencias entre los demás para sentir que todo está en equilibrio. Este eneatipo tiende a ser amable, conciliador y busca la paz a toda costa, a veces a expensas de sus propios intereses o de la verdad objetiva.

El cuento del mulá Nasrudín ilustra de manera humorística la tendencia del Eneatipo 9 a intentar hacer que todos se sientan validados y en armonía, sin tomar una decisión firme. En el relato, Nasrudín no puede elegir entre las dos partes, pues está tan centrado en mantener la paz y la armonía que termina dando la razón a ambos, lo que refleja cómo el Eneatipo 9, a menudo, evita tomar posiciones definitivas por miedo al conflicto o a la confrontación, incluso si eso significa no llegar a una conclusión clara.

 

*Todos los cuentos sobre el mulá Nasrudín son tomados y citados del libro “El Eneagrama del mulá Nasrudín – Aceptar el ego para transformar la conciencia” de David Barba.

 

 

¿Cómo se aplica el Eneagrama?


El Eneagrama puede aplicarse de diversas maneras en la vida cotidiana, y a menudo se utiliza como una herramienta de autoexploración o en sesiones de coaching, terapia y desarrollo organizacional. Muchas personas descubren su tipo de personalidad mediante pruebas o en talleres de formación. Al entender su tipo, pueden trabajar en sus áreas de fortaleza y en aquellas donde tienden a experimentar desafíos. Los expertos en Eneagrama ayudan a cada persona a identificar no solo su tipo principal, sino también los “alas” o tipos secundarios que influyen en su personalidad y los instintos que determinan su comportamiento bajo presión.


Además, el Eneagrama permite a las personas comprender las “flechas” de integración y desintegración, que son los caminos que cada tipo sigue en momentos de bienestar o estrés. Estos movimientos internos ayudan a observar patrones de crecimiento y retroceso en la vida cotidiana, ofreciendo una visión amplia de cómo manejar situaciones difíciles o tomar decisiones conscientes.


En resumen:

El Eneagrama es mucho más que un simple sistema de clasificación de personalidades; es una herramienta poderosa para el crecimiento y la comprensión humana. Al explorar y comprender los nueve tipos, las personas pueden desarrollar una mayor empatía, mejorar sus relaciones y cultivar un camino de autoconocimiento. Por ello, el Eneagrama continúa siendo una fuente valiosa de sabiduría en la psicología moderna, la espiritualidad y el desarrollo organizacional.


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